Las Naciones Unidas proponen implementar un Ingreso Básico Temporal en todos los países en desarrollo
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), uno de los organismos especializados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acaba de publicar un informe el pasado 23 de julio en el que propone que los gobiernos de las naciones en desarrollo garanticen una renta básica temporal, mientras dure la pandemia, a las personas en situación de pobreza o en serio riesgo de caer en ella. La propuesta es presentada como la manera de acabar con la disyuntiva entre la posibilidad de padecer (o morir) de Covid-19 o hambre.
El informe publicado en inglés lleva como título "Temporary Basic Income: Protecting Poor and Vulnerable People in Developing Countries" (Ingreso básico temporal: protección de personas pobres y vulnerables en los países en desarrollo) . Sus autores calcularon que garantizar un ingreso mínimo de 5,50 dólares al día a 2.780 millones de personas en situación de pobreza en 132 países costaría 465.000 millones de dólares al mes. Esto permitiría colocar a todas las personas por encima de la línea de pobreza en sus respectivos países.
Respecto a cómo financiar este ingreso, los especialistas del PNUD proponen redireccionar recursos existentes, fundamentalmente, los que destinan los países en desarrollo al pago de la deuda externa. El G20 ya ha accedido a una moratoria en el pago de la deuda a los 77 países más pobres del mundo, pero el Secretario General de la ONU, António Guterres, ha pedido que se extienda esa suspensión a todos los países en desarrollo, incluidos los de ingresos medios. El PNUD calcula que esa suspensión de la deuda ascendería a 3,1 billones de dólares en el corriente año. Una cantidad que cubriría total o parcialmente —depende de la opción— la renta básica temporal que propone el organismo en lo que queda de año. Otra fuente que sugiere el organismo es una especie de de autofinanciación, dado que la mayoría de las transferencias de recursos a los sectores populares van al consumo y tienen un efecto multiplicador muy fuerte en las economías reales nacionales, siendo asimismo parte de la inversión recuperada mediante impuestos directos o indirectos.
Hemos considerado de interés acercarles este informe dada la relevancia que tiene en el escenario nacional e internacional que un organismo de las Naciones Unidas haya comprendido la necesidad de garantizar una renta básica en esta situación de emergencia, si bien nosotras adherimos a una propuesta más abarcadora (como la de Cassasas, a cuyo libro nos remitimos en la publicación anterior), estimando necesario instalar una renta básica universal y no condicionada. Esta renta debiera implementarse ahora, en este contexto de emergencia generada por la pandemia, y mantenerse a futuro para garantizarle a toda la población una base común de ingresos y de derechos. En Argentina se implementó el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) que es una ayuda necesaria e importante para una buena porción de la población, pero a nuestro criterio debiera extenderse a toda la población y no estar condicionada. A nuestro entender, es la mejor manera de garantizar a todos y todas el disfrute de una vida digna y el ejercicio de los derechos sociales fundamentales. Respecto a su financiamiento, un ingreso universal podría mayormente autofinanciarse, dado que lo erogado por este concepto -así como ocurre en general con los distintos beneficios de la seguridad social- se vuelca al consumo interno y vuelve a las arcas del Estado por distintas vías, más allá de lo cual, habrá que ir reformulando el sistema impositivo y procurar mayor recaudación de quienes más beneficios económicos perciben.
Texto completo del informe original del PNUD disponible aquí:
Ingreso básico temporal: protección de personas pobres y vulnerables en países en desarrollo